Llegó uno de los meses más especiales del año, el mes de las madres y como no dedicar este espacio a ellas que son lo más importante para nuestras vidas y que a diario, aportan valor y llenan de alegría cada lugar en el que están.

Quizás en algún artículo, libro, mural o en las redes sociales, han leído esta frase: La vida no viene con un manual, viene con una madre.

Cuánta razón tiene el que la escribió porque ellas se convierten en nuestro propio manual de instrucciones. Ellas, con su ejemplo, nos ayudan a entender las cosas de la vida, los pequeños y grandes detalles, son capaces de transformar duros momentos en grandes aprendizajes, acogernos en el momento en que más solos nos sentimos, comprender lo que en nuestro interior no logramos ver, conocer lo desconocido y ver más allá de nosotros mismos.

Por todo eso que ellas hacen por nosotros, merecen ser amadas y respetadas todos los días, no sólo en este mes, no sólo un día. Existen muchas maneras de expresarle a mamá cuánto la queremos, con un regalo, un viaje, una fiesta, una tarjeta, una llamada, tiempo de calidad; y aunque podemos sentir que nada es suficiente para agradecer la gran labor que realizan, para ellas cualquier detalle, sin importar su tamaño, siempre tendrá un valor incalculable.

Gracias a todas las mamás que hacen parte de esta gran familia San Andrés y que, con su alegría, amor, actitud, conocimiento, energía y disposición, han aportado en el crecimiento y desarrollo de nuestro club, de cada uno de los espacios que tenemos y que ponemos a su disposición en todo momento.