Nosotros somos socios desde el año 2006 y en principio veníamos muy madrugados a jugar golf. Hace 2 años se nos presentó la oportunidad de comprar nuestro eco chalet, confieso que no fuimos de los primeros socios en tomar la decisión, pero hoy estamos dichosos, ¡la vida nos cambió!

Ahora venimos al club desde el jueves por la noche y afortunadamente tenemos la posibilidad de salir al campo a primera hora de la mañana, esto nos ha dado paz y la oportunidad de compartir en familia con mi esposo, rodeados de la naturaleza.

Seguimos jugando golf a las 5.30 de la mañana, pero con la facilidad de tener el resto del día para recorrer y disfrutar espacios del club, para compartir con amigos. Hemos hecho nuevos amigos que antes a pesar de los años siendo club, el tiempo era muy reducido, veníamos a jugar golf y nos devolvíamos pronto.

Personalmente, me quedo en el club y he aprendido a disfrutar del espacio, con la paz del silencio, rodeada de la magnifica naturaleza y sobre todo me siento a observar el paisaje, de saludar a los socios que pasan, voy a los restaurantes del club, hago muchísimas actividades y la lectura se ha hecho un nuevo hobbie para mi.

Sobre todo, me he evitado una cantidad inigualable de tiempo, recorridos y peajes, a mi y a mi familia nos ha dado mucha paz porque en el club tenemos nuestra “casita”, la llamamos así por el cariño que le tenemos a este hogar.

Mi hija también se hizo socia, ella es dedicada a los caballos y en plena pandemia ella fue quien más disfruto de la casita, ella venía durante la semana y pasaba aquí trabajando en home office. Esto es una comodidad increíble